jueves, 10 de julio de 2008

Secreto para no equivocarse nunca más en el amor

Un título bastante tentador, ¿verdad? Ciertamente siempre he pensado que no existe un secreto o una técnica infalible para no equivocarse en el amor. Todo depende de muchas cosas. Sin embargo, esta historia tiene un sentido profundo interesante. Sólo hay que saber descifrarla.

Esta leyenda fue tomada del libro de los sueños. Aquí la copio tal cual:

Cierta vez, una niña se acercó a un anciano maestro y le preguntó: -Maestro, ¿qué he de hacer para no equivocarme más en el amor?- El anciano la miró con sus ojos cansados pero serenos, mientras la niña esperaba ansiosa una respuesta.

- Cuéntame ¿qué te ha pasado?- Le dijo él.

- Conozco a dos muchachos. - Dijo la niña -. Ambos me agradan de manera singular y sus motivos me hacen sentirme especial. Uno es idéntico a . Compartimos muchos gustos y momentos juntos. Coincidimos en muchas cosas y pensamos de manera similar. Es fácil entendernos cuando conversamos porque tenemos las mismas ideas. Es como estar conmigo misma y eso me agrada. El problema es que tanta similitud resulta aburrida a veces.

-¿Y el otro muchacho?, ¿cómo es?- preguntó el anciano.

- Es completamente distinto a - afirmó-. Pensamos de modos distintos y tenemos gustos diferentes. Sin embargo, siempre aprendo cosas nuevas y nuevos modos de pensar. Aunque a veces tengamos problemas y discusiones, casi siempre termina pidiéndome disculpas en nombre de lo que siente. Estar con él es estar con todo el mundo a la vez, está lleno de sorpresas y me agrada. Pero, en este caso, el problema es que no siempre pensamos igual y por eso tenemos problemas.

- Entiendo hija. lo que quieres es que te diga a quién debes escoger, ¿verdad?- preguntó el anciano mientras cerraba sus ojos.

- maestro- respondió la niña.

- Te diré el gran secreto hija mía- dijo el anciano, con voz de sabiduría-. Debes encontrar a alguien que al estar contigo sea como tus manos.

- ¿Cómo es eso anciano?-

- Fíjate bien-. Le dijo el maestro, mientras ponía las manos de la niña una frente a la otra-. Fíjate en tus manos. Para empezar, ambas son lo mismo. Ambas son manos. Debes buscar alguien que sea lo mismo que .

- Luego- le dijo mientras unía las manos de la niña- mira bien. Tus manos, a pesar de ser lo mismo, son distintas y no están armadas en el mismo orden. Son diferentes.

- Finalmente - le decía mientras cerraba las manos de la niña como predisponiéndolas para rezar - tus manos, a pesar de ser diferentes son complementarias.

La niña, en efecto, comprendía poco. Para asegurarse de haberse dejado entender, el sabio maestro le dio otro ejemplo:

- ¿Has probado tomar agua entre tus manos usando sólo una? Precisamente es la unión de tus manos lo que te permite tomar agua y tenerla por un instante entre ellas. Esta capacidad no la tienen tus manos por separado, sino en conjunto. Y no por el hecho de ser manos simplemente, sino porque además de serlo, son complementarias.

La niña confundida aún, le pidió un último ejemplo.

- Te lo diré como en un cuento- dijo el anciano-. Cuando tu corazón, unido con el corazón de otro muchacho, logre tomar agua pura para refrescar y mantener vivo su amor. Entonces sabrás que esa persona es la correcta.

Aquí termina la leyenda. Cierto es que suele entenderse poco. Pero es mucha la verdad que encierra. Sólo es cosa de leer con calma.

El agua en cantidades ahoga. El agua en sorbos, refresca.

Opinen mientras puedan avalar lo que dicen.

Punto final.

2 comentarios:

Victoria dijo...

me encantoo esta hhistoria! me sirvio mucho. Muchas gracias sigue asi!

Victoria dijo...

podrias publicar algunas de tus relatos del amor en ingles porfavor! quisiera enseñarles algunos de mis amigos. Gracias!